Dice el autor Gordon D. Fee:
«He escrito este comentario para ayudar al pastor y maestro de la Escritura a que entiendan aún mejor que esta carta es Palabra de Dios para su congregación.
Al mismo tiempo, he tenido en mente al profesor académico y al erudito. Tanto el formato como el estilo son una prueba de esta doble audiencia. Para la primera he intentado realizar la exposición sin interrupciones, y tan legible como ha sido posible.
Finalmente, espero también que los estudiantes de la Biblia sin preparación formal se beneficien mucho leyendo el texto, aunque se salten las notas a pie de página. Por esa razón, he reservado casi todas las discusiones de la Crítica textual, la Gramática y la Lexicografía en las notas a pie de página.
En tiempos como los nuestros, cuando en la mayoría de los seminarios el griego ya no es asignatura obligatoria, y cuando las cuestiones sociológicas y literarias han hecho sombra a las cuestiones más gramaticales y exegéticas, uno es un poco reticente a hacer demasiadas referencias al «griego».
Permitidme, sin embargo, hacer una defensa de la Gramática, que también tiene algo que decir. Es verdad que muchos de mis predecesores – y algunos contemporáneos– se empeñan en encontrar en las palabras de Pablo más «significado» del que el propio Pablo pretendió transmitir. A eso lo llamo «sobre-exégesis». Por otro lado, tampoco pienso que Pablo escribiera sin ton ni son: estoy convencido de que el modo en que dice las cosas a menudo nos da pistas sobre el significado de lo que dice y lo que quiso decir.
Por lo tanto, en este comentario me he embarcado en discusiones gramaticales muy extensas en los pies de página, sobre todo en pasajes en los que creo que hoy en día, en aras del análisis sociológico, se ha relegado el análisis gramatical».
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