El tráfico está difícil, los niños están gritando, y el coche está haciendo un ruido extraño nuevamente. Cualquiera de estos desafíos pueden probar nuestro temperamento y robarnos el gozo. Nuestro impulso es deshacernos del día de hoy y esperar un mañana mejor. Sin embargo, esto crea un patrón difícil de romper. Un día terrible se convierte fácilmente en muchos, y pronto estamos viviendo una vida lejos de lo que Dios tiene en mente para nosotros.
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