El autor nos lleva de la mano en este paseo por la historia de
la revelación de Dios y nos invita a ponernos en el lugar que
nos corresponde: cara a cara frente al Creador.
La adoración en el mundo cristiano de hoy se ha desvirtuado,
dividida entre las experiencias puramente emocionales y la fría
liturgia; pero esto no es lo que la Biblia nos enseña. La Biblia
habla de la adoración a Dios como algo constante y contagioso
en nuestra vida; de una adoración en lo íntimo de nuestro
corazón que rebosa y se vive en comunidad en la iglesia.
Desde Génesis hasta los Profetas, desde las palabras de Jesús
hasta Apocalipsis, pasando por las cartas de Pablo, Dios nos
revela en cada rincón de su Palabra que nos creó para adorarlo.
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