La tarea misionera es la razón de ser la iglesia.
Compartir las buenas nuevas, ir hacia ‘el otro’ con el mensaje de Jesucristo, invitar a otros al gran banquete de Jesús: esto es lo que da sentido y dirección al Cuerpo de Cristo. Si se limita a mirar hacia adentro, no es verdaderamente la iglesia.
El autor explora la realidad de cómo la iglesia propaga la fe cristiana, examinando los hechos misioneros desde la perspectiva de las ciencias bíblicas, la teología, la historia y las ciencias sociales. Un desafío a no olvidar a los que diariamente se pierden sin conocer acerca de Cristo.
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