La mayoría de nosotros tomamos cientos de decisiones cada día casi sin darnos cuenta: qué debemos usar para ir al trabajo, qué cocinar para la cena, qué programa de televisión vamos a ver o qué libro nos gustaría leer. No obstante, la necesidad de tomar decisiones no termina allí. Por lo regular, tenemos que hacer frente a disyuntivas de mayor importancia que nos confunden; tan cruciales que afectan a toda nuestra vida, en respecial a las que atañen a la elección de la carrera que seguiremos y a la persona que será nuestro cónyuge. La toma de decisiones continúa toda nuestra vida.
El autor no pretende poseer una sabiduría sobrenatural en lo que se refiere al tema porque también ha tenido que luchar con decisiones difíciles. Sin embargo, a través de sus año de liderazgo espiritual ha aprendido varios principios bíblicos que pueden ayudarnos a tomar las mejores decisiones.
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