Este es uno de esos libros que atrapan desde el primer capítulo. La autora necesitó de mucha valentía para compartir lo que vuelca en sus páginas. Ella misma confiesa que el escribirlas le produjo mucho sufrimiento. Probablemente una persona “normal” (¿se puede decir que exista alguien “normal”?) necesitaría vivir más de 300 años para pasar por todo lo que Bárbara pasó, y vivir para contarlo.
Sin embargo, este libro no es una biografía. Es un libro que comparte vida y transmite enseñanza. Es un sermón viviente. Uno no queda igual después de leerlo. Las lecciones aprendidas a través de cada experiencia de Bárbara dejan una marca en quienes lo leen.
Bárbara comenzó su vida como una “Princesa perdida”. Más tarde se casó con un mafioso y se convirtió en una “Princesa de la Mafia”. Su vida fue un torbellino de excesos, incluyendo drogas, alcohol y cualquier otro abuso imaginable. Pero cuando Jesucristo llegó a su vida, la “Princesa perdida” se transformó en una hermosa “Princesa de Dios”.
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