Estas cartas son la recopilación de los momentos más difíciles que pasé, intentando consolar a los creyentes,a pesar del sufrimiento.
Dios me ha dado la promesa de completa santidad. Mientras espero en Él, voy aprendiendo lecciones preciosas que pueden consolar y enriquecer a los hermanos.
Se las presento para la edificación de la Iglesia, especialmente para aquellos que están pasando pruebas y que tienen pregutas que aún no encuentran respuesta.
"No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa". Hebreos 10:35
Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea la gloria y la majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos, Amén.
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