Es difícil luchar contra nosotros mismos. Pero no estamos solos; Dios nos acompaña.
¿Qué pasa por tu mente cuando escuchas las palabras "dominio propio"? ¿Dietas? ¿Ejercicio demandante o algún tipo de entrenamiento? Quizás vengan a tu mente decisiones pasadas que lamentas o decisiones que celebras. Es posible que te sientas culpable porque careces de dominio propio. O puedes sentirte animado - y hasta orgulloso- porque crees que lo posees. Este libro es para ti independientemente de tu concepto del dominio propio o de la experiencia que tengas con él.
Aunque no hablemos mucho de este concepto, es un hecho que sí hablamos de la corrupción del gobierno y de las malas decisiones de muchos de nuestros líderes, los cuales son asuntos relacionados. Podemos conversar sobre teología al respecto o muchos otros temas asociados, pero ¿estamos dispuestos a hablar del dominio propio, su carencia o sus efectos en nuestra propia vida?
Es indiscutible: se trata de un tema clave para todo creyente que realmente desea vivir para la gloria de Dios.
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