La cultura moderna está obsesionada con la identidad. Desde la decisión del tribunal en el caso Obergefell vs. Hodges en 2015, la identidad sexual ha dominado el discurso público y las tendencias culturales, aunque ningún fenómeno histórico es su propia causa.
Desde Agustín hasta Marx, diversos puntos de vista y perspectivas han contribuído al entendimiento moderno del ser. Carl Trueman analiza el desarrollo de la revolución sexual como un síntoma (y no una causa) de la búsqueda de la identidad.
Trueman estudia el pasado, trae claridad al presente y da guía para el futuro, mientras los cristianos navegan la cultura en la búsqueda siempre cambiante del ser humano por la identidad.
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