Porque donde existe la envidia y el egoísmo, la confusión y todo lo malo está allí.
La mayoría ojea la tapa y piensa: "no es mi problema". Luego cuando alguien cercano es promovido por encima de nosotros - o prospera más- de pronto elaboramos emociones difíciles. Se necesita un coraje increíble para admitir que las siniestras fuerzas de la envidia pueden existir dentro de nosotros, porque si esto es cierto, las implicaciones son enormes.
La envidia tiene el potencial, por sí sola, de extinguir el fluir de las bendiciones de Dios, tanto en nuestra vida como en la de los que nos rodean. Aprendamos a reconocerla y reemplazarla por el verdadero amor bíblico.
Este honesto libro encenderá su pasión por un avivamiento personal.
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