San Juan de la Cruz es el gran desconocido del pueblo cristiano. En los últimos cuarenta años han proliferado métodos de oración y meditación trascendental. Y es precisamente en esa búsqueda por encontrar una guía firme y permanente donde muchos se han topado con san Juan de la Cruz. Al paso que canta la belleza de la creación en sus sublimes poemas, el santo nos recuerda que toda la belleza creada es nada comparada con la divina. Quien renuncie a lo pasajero, superficial e ilusorio, se encontrará con el Todo de Dios. El libro que nos ofrece Isaías A. Rodríguez no pretende sustituir a san Juan en lo que pueda decirnos, sino que nos ayuda a entender lo que san Juan nos dice, a ver los caminos que va señalando, y a seguir las pautas para nuestra peregrinación que es la vida.
0
0 opiniones