Todo cristiano conoce al menos una persona homosexual... pero ese "vecino" homosexual, ¿sabe que Dios le ama?
Con la creciente aceptación de nuestra cultura hacia la atracción por el mismo sexo, muchos cristianos se enfrentan con un dilema: ser demasiado radicales ("la homosexualidad es el peor de los pecados") o muy permisivos ("siempre y cuando dos personas se amen mutuamente, realmente no importa").
¿Cómo acercarse a los homosexuales efectivamente sin comprometer lo que dice la Escritura acerca de la intimidad entre personas del mismo sexo?
Alan Chambers, junto a cuantro de sus colegas de Exodus International, ofrecen consejos prácticos y claves bíblicas acerca de cómo la iglesia, y los individuos, puede convertirse en un refugio para hombre y mujeres que buscan libertad de las ataduras del homosexualismo.
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