La presencia de Cristo en el Antiguo Testamento es incuestionable. El consenso general es que Cristo puede encontrarse en el Antiguo Testamento y debe predicarse desde el Antiguo Testamento. Sin embargo, no todos están de acuerdo en cómo encontrar y predicar a Cristo con base en la primera parte de la revelación divina.
Este libro defiende al cristotelismo como la hermenéutica que anticipa al Cristo que el Nuevo Testamento identifica como Jesús (Mt 26:63–64; Jn 1:41, 45) sin tener que forzarlo en cada pasaje del Antiguo Testamento. Para encontrar y predicar a Cristo en y desde el Antiguo Testamento es necesario leerlo cuidadosamente, precisamente de la misma manera que Cristo lo hizo.
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