El hermano Lawrence fue un hombre humilde que describió el grandísimo secreto para vivir el reino de Dios aquí en la tierra: El arte de «practicar la presencia de Dios de una manera constante». Por casi trescientos años, este inigualable clásico ha aportado instrucción y bendición a quienes no se contentan sino con el conocimiento de Dios en toda su majestad y la certeza de su amorosa presencia cada día.
0
0 opiniones