El Nuevo Testamento establece que las congregaciones de la iglesia primitiva eran dirigidas por ancianos que supervisaban su vida y crecimiento. Si a usted le ha tocado la gigantesca tarea de velar por la iglesia local, en este Manual encontrará un rico compendio de consejos de gran valor y sensibilidad. Cada capítulo es breve, claro y al punto, tocando una enorme gama de temas prácticos y pastorales.
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