Vivir sin margen es vivir esclavizados.
El margen es el espacio que debe existir entre nosotros y nuestros límites porque no siempre hace falta forzarlos como ha sugerido la cultura del consumo y las ocupaciones excesivas. Una mala interpretación de lo que es una vida de fe ha empujado a muchos cristianos a vivir sin planes certeros y estrategias inteligentes para la gestión de su capacidad física, emocional, intelectual, espiritual y sus posibilidades financieras y por eso estas páginas son para cualquiera que anhele un alivio a la presión de la sobrecarga pero sobre todo, para aquellos hijos de Dios que quieren vivir vidas balanceadas.
Este pequeño y poderoso libro es una gran ayuda para reevaluar prioridades, internalizar el valor del descanso e implementar la cualidad de la sencillez para una vida de nuevas libertades.
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