¿Alguna vez te miraste en el espejo y detestaste lo que viste? ¿Creíste a la persona que te dijo que no eras lo bastante buena? ¿Hojeaste una revista y sentiste como si nunca estarías a la altura?
No eres la única.
Cuando confías en los hombres, los espejos y las revistas para el reflejo de tu valor, solo ves una imagen distorsionada. La autora, que es una ex modelo profesional, sabe esto muy bien. Ser tratada como un maniquí de plástico la dejó quebrantada y perdida en busca de su verdadera identidad. Ahora, revela su corazón y cuenta sus batallas, ayudando a todas las mujeres con la verdad de Dios:
Los espejos de los medios de comunicación siempre cambiarán, pero en el reflejo de su Palabra vemos lo que somos en realidad.
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