Es tiempo de terminar con las continuas divisiones en la iglesia
Dos palabras describen lo que sucede en la división de una iglesia: "Relaciones Homicídas". En la división, los buenos amigos se convierten en los peores enemigos. La sospecha toma el lugar de la verdad y la oración es suplantada por los chismes malintencionados. Mientras tanto la división se expande como un virus infectando el cuerpo de Cristo.
¿Por qué toleramos esta intromisión del infierno? No hay razón bíblica para justificarla; ningún Apóstol en el Nuevo Testamento la permitió entre las nuevas iglesias y las ya establecidas. Las rupturas y divisiones son, de hecho, condenadas por Dios en las Escrituras.
Este libro poderoso, escrito por un hombre que entiende bien el tema y con una visión amplia como padre espiritual de la iglesia del Señor.
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