Nacido en Atenas pero afincado en la ciudad egipcia de Alejandría, el griego Tito Flavio Clemente, más conocido como Clemente de Alejandría [150-215] es uno de los primeros apologistas cristianos en tiempo de crisis, entre los que destaca con luz propia como impulsor y defensor de lo que ha sido justamente calificado como la ortodoxia inteligente. Lo que destaca en Clemente, como en Tertuliano y
otros escritores cristianos de la época, es su optimismo apasionado en un entorno de persecución. Para ellos, ciertamente, el cristianismo es la "perla de gran precio" (Mt. 13:46) por la que merece la pena dejarlo y sacrificarlo, incluso la propia vida, con tal de adquirirla.
Clemente supo aceptar el reto lanzado por los intelectuales paganos contra la incipiente fe cristiana y, sin apartarse para nada de las doctrinas centrales del Evangelio, acertó a responderles con su mismo lenguaje, mostrándoles que si los cristianos se apartaban del mundo y de la sociedad, no era en lo que tenía de bueno y verdadero, sino de falso. Y para ello recurre a los grandes autores griegos, en los cual era un verdadero experto, para demostrar que la verdad que deseaban alcanzar los antiguos filósofos se encuentra en las enseñanzas de Cristo.
Aunque fue un escritor prolífico, lamentablemente, tan sólo una pequeña parte de sus obras se han conservado, siendo las más conocidas: El Stromateis, también conocido como Stromata, y que significa "tapices" por ser es un verdadero tejido de comentarios bíblicos y filosóficos sobre la revelación cristiana, destinado a mostrar la relación entre la fe y la gnosis probando la necesidad de un Dios revelador. El Protréptico o Exhortaciones a los gentiles, donde se dirige a los paganos para rebatir su politeísmo demostrando la superioridad del monoteísmo cristiano con vistas a conquistarles para la nueva fe. Y El Pedagogo, su obra más conocida y leída, que es en realidad una continuación o segunda parte del Protréptico; y cuyo propósito es guiar a los nuevos creyentes en los principios esenciales de la fe y la práctica de las virtudes de la vida cristiana. Todo parece indicar que Clemente tenía intención de componer una tercera obra titulada El Maestro, dedicada al nivel superior de la instrucción teológica, pero se desconoce.
El presente volumen de la colección va dedicado a: El Pedagogo, un completo manual de instrucciones para creyentes. En ella presenta a Cristo como el instructor de la humanidad, el médico del alma, que introduce al creyente en la moral y práctica de la vida cristiana; que asumiendo a modo de los antiguos filósofos el papel de paidagogos, guía el alma manchada y corrompida por el pecado original a la conversión y la redención. Su lectura resulta muy interesante para saber cuales eran las costumbres y normas de conducta en la Iglesia Primitiva, incluso en temas tan prácticos como el vestido y el peinado.
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