El componente más importante para plantar una iglesia es el propio fundador. Aunque las Escrituras hablan con frecuencia de este tema, solemos dejarlo a un lado para adoptar estrategias y métodos humanos. Este libro constituye un regreso a los criterios bíblicos a la hora de decidirnos en cuanto a lo que realmente necesitamos para llevar adelante una obra de tanta trascendencia para el reino de Dios.
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