Cuando a mediados de los cincuenta el Dr. Martyn Lloyd-Jones, el gran predicador y maestro galés, comenzó su serie épica sobre la epístola a los Romanos, pocos podían imaginar que catorce años más tarde todavía seguiría disertando sobre ella ¡y que se jubilaría antes de acabar con su exposición! Pero quizá esto fuera inevitable dada la profundidad de la enseñanza tan detallada en la que se embarcó. A pesar de todo, fue capaz de explicar el contenido de la epístola y conseguir, al mismo tiempo, que todos pudieran entenderla por completo ya que dicha profundidad iba unida a una gran facilidad de comunicación, siendo estas dos características muy pronunciadas en la carrera ministerial de Lloyd-Jones. Un gran número de personas que asistieron a sus reuniones de los viernes por la noche, en Londres, se vieron totalmente cambiadas por el ministerio del Espíritu Santo, a través del maestro de la Biblia más importante del siglo XX, como muchos le consideran; su “lógica en llamas” tocó la profundidad interior de sus oyentes que ya nunca más fueron los mismos. Un Maestro aún mayor que Lloyd-Jones mismo dijo que la verdad libera. Esto no ocurre de una forma automática o mágica; nuestro Señor quería decir que al comprenderla con el corazón somos liberados y nadie en los últimos tiempos ha impartido mejor que “el doctor”, como se le conocía afectuosamente, el concepto claro de esa verdad que rompe toda esclavitud.
Algunos años más tarde consignó la serie de enseñanza de aquellos catorce años a una gran cantidad de páginas impresas, que formaron parte de numerosos y elogiados volúmenes, con el fin de poder bendecir a un número de personas infinitamente mayor en el mundo de habla inglesa. En cierto modo, esto creó también un problema dual ya que su serie sobre Romanos es en sí y de por sí una pequeña biblioteca a la que no tienen acceso la mayoría de aquellos que se comunican principalmente en español. Por esa razón, Roy Davey, un compatriota galés que se sintió abrumado por la enseñanza contenida en aquellas páginas y deseó que este valioso material estuviese disponible a un número mayor de lectores, se propuso hacer un resumen del contenido de los libros. Este ha sido el resultado: un único volumen fluido y de fácil lectura dirigido al mundo hispano. Contiene las joyas de la verdad que, una vez captadas, convertirán a todos en seguidores más ricos y en adoradores más emocionados del trino Dios, que son los que el Señor busca: aquellos que, habiendo visto realmente su majestad y su asombrosa forma de tratar con los hombres, vayan y hagan prodigios en su nombre, como consecuencia inevitable. El deseo del autor es, por tanto, que muchos conviertan este comentario en una parte íntegra de su vida diaria o, según dice en su prólogo, “como si fuera su pijama habitual y como parte de sus meditaciones matutinas”, para que la norma sean las proezas que glorifiquen a Dios y que salgan directa mente del seno de la adoración.
Roy Davey pasó catorce años en Perú como misionero independiente y regresó a Inglaterra en mayo del 2007 con su esposa peruana. Viven en Brighton, en la costa sur, donde se deleitan en las profundidades e inmensidades de la vida cristiana, adorando a su glorioso Salvador.
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