Vivimos en un mundo de silencio, en medio de un gran ruido. Mientras los medios de comunicación escritos llenan sus abundantes páginas con noticias de hechos lejanos y las cada vez más numerosas cadenas de TV nos inundan con su programación sin sustancia, la sociedad calla. Callan los sindicatos subvencionados. ¡Calla la universidad! Callan los jóvenes... Y lo que es más grave: callan los cristianos. El silencio es lo políticamente correcto para todos, callar. En medio de este contexto, Israel Martorell ha sido valiente con la publicación de este breve libro, pero más profundo de lo que en una primera lectura pueda parecer.
Partiendo de la Palabra de Dios, el autor pasea por el libro sin alejarse de ella, exponiendo con vivencias personales y lenguaje sencillo una cruda realidad en la falta de valentía entre los supuestamente valientes: también callan...
Se trata de un reto a los jóvenes, a la renovación, a volver a tomar los fundamentos del Evangelio en su primer estado para vivirlos, a desestimar las adaptaciones del mensaje evangélico a culturas pasadas. Es un verdadero reto que, por otra parte, solo podrán afrontar los jóvenes con su vigor. No es una revolución, ni religiosa ni cultural. El autor nos está hablando de mucho más, nos está retando a una transformación personal, a ser el mismo, pero diferente; una metamorfosis.
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