La imaginación, que es lo único que quizá no tenga limite en el hombre, ha ideado, desde su parte más oscurantista, la posibilidad de una religión sin Dios, e inclusive -y he aquí el absurdo de los absurdos- un cristianismo sin Biblia, o una Biblia minimizada.
Robert J. Sheehan estaba en total desacuerdo con esto, y con un bagaje de fe profunda y mente clara -una reconocida revista teológica británica lo consideraba "el principal teólogo bautista reformado de su generación"-, y desde una larga experiencia pastoral y educativa, escribió una serie de artículos sobre este tema crucial en la teología cristiana. Esos artículos son este libro en sus ocho capítulos y un apéndice; por eso no pueden ser más actuales y prácticos; y, por su lógica aplastante, se ha considerado necesaria su publicación por parte de Peregrino, y a ti, lector, te resulta necesario leerlo.
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