Después de escribir Tu matrimonio sí importa y Tu identidad sí importa, era una asignatura pendiente seguir con la saga y publicar Tus hijos sí importan, completando así una trilogía donde trabajamos el matrimonio, el crucial papel del hombre y la crianza de los hijos. Probablemente este sea el libro más importante de esta serie, pues nuestros hijos no solo constituyen el reemplazo generacional natural, sino que debido a la educación recibida también serán para las futuras generaciones, transmisores de la fe o lamentablemente, transmisores de los valores de una sociedad depravada en muchos aspectos. Aquí radica la enorme responabilidad de conseguir educar a nuestros hijos en los valores que emanan de la Palabra de Dios, para que no sean arrastrados por la corriente de una sociedad líquida con la que nos toca competir. El libro se estructura en tres partes principales:
La idea principal, en esta estructura planteada, es mentalizar a los padres de que los hijos no son nuestra propiedad, son regalos y encargos divinos que recibimos de Dios con la responsabilidad de modelar y consolidar principios de educación y formación en valores, que constituyan una lanzadera sólida, para enviarlos a un mundo hostil, equipados con las herramientas adecuadas.
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