La vejez espiritual y la tradición fueron las causas principales de la decadencia del sacerdocio del sistema de jueces del pueblo de Dios. Para que Dios pudiera continuar ejecutando su plan que está de acuerdo con su propósito eterno, Él necesitó levantar a un hombre que le sirviera según el principio del nazareato y que le fuera un sacerdote fiel, que actuara de acuerdo a lo que Él tenía en su mente y en su corazón. Este hombre fue Samuel, un hombre levantado por Dios para ser sacerdote, profeta y juez, pues Dios deseaba que Samuel fuera alguien que cambiara la era. Por medio de él, Dios hizo la transición del sistema tradicional del sacerdocio y de los jueces a la realeza, introduciendo así, la era del reino.
Por medio de Samuel, Dios pudo ungir al primer rey de Israel, Saúl. Usted podrá ver que Saúl fue bastante humilde al comienzo de su reinado, sin embargo, después tomó actitudes que desagradaron a Dios. Finalmente, Dios encontró un hombre según su corazón, David, y lo ungió para reinar sobre su pueblo. La historia de David está llena de lecciones de vida muy preciosas y perfectamente aplicables a nuestro vivir cristiano.
El registro de los dos libros de Samuel nos proporciona una visión clara de la introducción y desarrollo de una nueva e impactante etapa de la experiencia del pueblo de Dios. El autor de esta publicación trata cada aspecto de esta transición con mucha sobriedad.
La experiencia de Ana, madre de Samuel, y la de Samuel y sus hijos, la del sacerdote Elí y sus hijos, la de Saúl y sus hijos, y finalmente la de David, el personaje principal de esta historia, y de todos los hechos que ocurrieron en su vida y en la de sus allegados, con seguridad traerán gran ayuda para usted, querido lector. Hay una abundancia de principios espirituales en cada página de esta obra. ¡Véalo usted mismo!
0
0 opiniones