Harold Segura C. nos recuerda que los niños son el desafío y el referente para realizar nuestra reflexión teológica y cumplir nuestra misión. Nos impulsa a buscar un "compromiso con la niñez que es ante todo, un asunto de fidelidad al Señor y de responsabilidad con la misión". El libro está lleno de ideas que nos hacen replantear nuestra tarea:
"El reino se ha acercado y de eso no queda la menor duda porque el Mesías tan esperado bendice a los niños y niñas, los abraza, los sana y los llama ciudadanos del reino: "Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos" (Mar 10:14). La enseñanza principal está orientada a mostrar a los discípulos que la verdadera grandeza se encuentra en la capacidad de reencontrarse con la pequeñez".
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