Aquel verano marcó un antes y un después en mi vida. Tras años de espera y esfuerzo, en apenas unos meses, conseguí un trabajo estable, me compré un coche, mi hermana dio a luz una niña y conocí al amor de mi vida. Por fin, tenía todo lo que quería.
Sin embargo, fue ahí, cuando creí estar en la cúspide, que toqué suelo como nunca lo había hecho. En cuestión de semanas, una sensación de insatisfacción comenzó a crecer dentro de mí y nada me llenaba.
Empecé a tener fuertes ataques de ansiedad. Me sentía en peligro constante y perdí el control sobre mis pensamientos y emociones. No quería ver a nadie ni salir.
Por si fuera poco, un par de meses después, a mi hermana le diagnosticaron un cáncer muy agresivo y comenzamos un largo proceso de pruebas, tratamientos y operaciones. Y sentí miedo, mucho miedo.
Fue ahí, en la noche más oscura, donde la fe me encontró y me dio alas. Ella se convirtió en mi arma contra la desesperación y cambió la perspectiva que tenía acerca de Dios, a quien yo había culpado de todo lo malo que pasaba a mi alrededor.
La fe me hizo ver cosas asombrosas en medio de procesos difíciles y dolorosos. Y esto es lo que quiero compartir contigo. Cómo la fe me salvó cuando yo no era capaz de rescatarme a mí misma, y lo que descubrí a través de ella.
Porque lo que a mí me ayudó, quizás te puede servir a ti.
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No podía parar de leerlo. Me sentía muy identificada. Lo recomiendo 100%.
Rosario Mula 13/01/2024