La vida abundante puede ser nuestra…pero para vivirla, hay que morir primero (Mateo 16:25). La verdad es que si no se tiene un propósito para morir, tampoco se tiene un propósito para vivir. Tal vez no tengamos que hacer un sacrificio, pero somos llamados a entregar algo diariamente para poder encontrar la asombrosa vida que Jesús ha prometido a todos sus seguidores. Ryan Dobson y Brian Smith en el libro Hay que morir, hacen pedazos el concepto erróneo que se tiene de morir al yo y dan a conocer las realidades de lo qué significa esta lucha espiritual por la que se pasa para poder morir diariamente a nosotros.
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