¿Alguna vez te has despertado solo para darte cuenta de que seguías soñando? Yo sí, aunque estaba en el sueño de otra persona.
La primera vez que Caminé en sueños tenía diecisiete años. Durante mucho tiempo había... había adorado a Sarah Miller pero desde lejos, sin reunir jamás el coraje necesario para dirigirle la palabra. Aunque los sueños son otra historia, claro. En mi defensa debo decir que al principio no sabía lo que estaba haciendo. ¿Quién no ha soñado con la chica que le gusta?
Sin embargo, la vida se puede liar bastante cuando vives más en el sueño que estando despierto. La Sarah a la que veía en sueños, ¿era la misma que la que iba a mi instituto? Si hubiera hablado con ella lo habría tenido más claro, pero yo andaba bastante ocupado intentando no catear en mates o no recibir tortas día sí y día también, eso por no mencionar mis intentos de huir de la bestia que me perseguía en mis sueños. Aunque todo eso iba a cambiar.
Los Caminantes de Sueños me vigilaban.
Me dijeron que yo estaba destinado a algo más grande que el mero hecho de sobrevivir al instituto. Me hablaron de poder; me hablaron de acabar con la bestia. Después de todo, en un sueño todo es posible. Lo que se olvidaron de decirme fue hasta qué punto los cambios que se producían en el Sueño iban a afectar el mundo de la Vigilia.
Después de todo lo que he pasado, supe que tenía que ponerlo por escrito para que entiendas mejor lo que te va a suceder. No puedo permitir que seas tan ignorante como lo era yo, que vayas por ahí dando tumbos. Si no, ¿cómo le vas a encontrar un sentido cuando, de repente, se acabe el mundo? Como mínimo, te mereces una explicación. ¿Quién sabe? Puede que durante ese proceso tú también Despiertes.
Me llamo Michael Santos y esta es la historia de cómo cambié el mundo mientras dormía.
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