Este opúsculo es un bosquejo pormenorizado y práctico en un tema complejo que no podemos ignorar. Todos debemos primero desear cumplir con la voluntad de Dios.
Por otro lado, debemos "...estar siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón (1ª Pedro 3:15) acerca de estas cuestiones.
Todos, como en todas las cosas, tenemos nuestras ideas y pensamientos respecto al diezmo (o la ofrenda), pero ¿qué dice la Biblia, la Palabra de Dios en este sentido?
- ¿Debe exigirnos alguien de la Iglesia directamente alguna cosa?
- ¿Debe ser algo público o privado?
- ¿De quién lo podemos recibir?
- ¿A qué situaciones o cosas pueden ser destinadas?
- ¿Qué ejercicio debo tener personalmente?
- ¿Con qué frecuencia debe tener lugar?
Las respuesta s a estas y otras preguntas son la intención de estas reflexiones. Que cada lector pueda tener un ejercicio sincero e inquirir si es conforme o no lo que se dice.
Para ello, tan solo podemos utilizar la única arma y herramienta que tenemos a nuestra disposición: El Libro, que es el significado literal de la palabra Biblia.
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