Max Lucado nos recuerda que Jesús no fue ningún Mesías mediocre. Su vida fue la más extraordinaria que haya avivado jamás las cenizas de la humanidad.
"Por su aspecto podría parecer cualquier cosa, menos un rey. Su rostro está amoratado y enrojecido. Su llanto, si bien fuerte y saludable, es aun así el llanto impotente y penetrante de un bebé. Y depende en forma absoluta de María para su bienestar. La majestad en medio de lo mundano. La santidad en medio de la mugre del estiércol y el sudor ovino. La divinidad entra en el mundo sobre el suelo de un establo, a través del vientre de una joven, y en presencia de un carpintero".
Usted susurrará: "veo a Jesús". Y una vez que lo haya visto, anhelará verlo siempre.
¿Cuánto tiempo ha trascurrido... desde que vio a Jesús? Con elocuencia y sencillez pragmáticas, "Dios se acercó" nos confronta con la palabra fundamental de nuestra fe: Jesucristo.
Una maravillosa manera de ver la vida del Salvador... un libro que no es precisamente otro volumen de información sobre la vida de Cristo, sino una obra que lo llevará a un encuentro con el Maestro mismo.
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