El amor no crece solo. Debe alimentarse cada día con palabras de afirmación, afecto, confianza y diálogo. Cuando dejamos que el rencor, la amargura y la falta de perdón se apoderen de nosotros, vamos matando el amor lentamente hasta producir un distanciamiento que se manifiesta con indiferencia, gritos, silencios que castigan y recriminaciones.
El perdón es el puente que facilita el diálogo para recuperar la confianza, y fortalecer la relación. Si no pedimos perdón y no perdonamos, podríamos matar la ilusión y la alegría de vivir juntos.
Recuerda...
Cuando hay amor de verdad, nunca es tarde para apreciarlo.
Hoy es un buen día para pedir perdón, y volverlo a intentar!
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