Una recopilación detallada de persecuciones desencadenadas contra los cristianos en general desde el Siglo I al Siglo XVI y básicamente de los mártires protestantes a partir de la Reforma y la instauración de la Iglesia Anglicana en Inglaterra desde el Siglo XVI hasta finales del Siglo XIX.
John Foxe (1516-1587) es reconocido como uno de los más importantes historiadores cristianos. Exilado por las persecuciones habidas en Inglaterra durante el reinado de María la Sanguinaria, a su regreso, después de la muerte de la reina, publicó su famoso Libro de los mártires, una obra que causó tal impacto en la sociedad inglesa de la época, que, hasta la aparición de “El progreso del peregrino” de Bunyan en 1678, los puritanos no tenían otra lectura que la Biblia y el Libro de los mártires. Muchos autores, como Douglas Campbell y Henry Morley, creen que sirvió para moldear el carácter nacional y el espíritu de libertad en América, calificándolo como «un monumento que marca el creciente poder de un deseo de libertad espiritual, de desafío a todas aquellas formas que apagan la conciencia y que encadenan el pensamiento».
La obra original de Foxe fue ampliada sucesivamente en distintas ediciones para añadir los mártires que se iban produciendo y la edición más amplia que se conoce (1800) tenía 8 volúmenes. Se trata, por tanto, de un resumen de la obra original. Lo que no impide que cubra lo más importante de todas los períodos y épocas:
El libro de Foxe es controvertido y ha sido calificado por muchos historiadores de parcial y tendencioso, puesto que no incluye a ninguno de los mártires católicos (entre 400 y 600) que fueron también torturados y masacrados en Inglaterra por mantenerse fieles a sus propias creencias.
Una parcialidad comprensible y explicable dentro del contexto histórico de la época: una Europa en llamas, inflamada por los odios religiosos y arrasada por las guerras de religión. Y en especial por la propia experiencia personal de Foxe: obligado a dejar su cátedra en la Universidad de Oxford por haber aceptado la fe evangélica, y exilado para poder salvar la vida bajo el Reinado de María I hasta la muerte de ésta 1559, puesto que estaba amenazado de muerte. Pero con independencia de este factor de parcialidad, los casos concretos narrados por Foxe de martirio por la fe, tanto en lo que respecta a mártires cristianos desde de los primeros siglos, y posteriormente a los mártires protestantes del XVI al XIX, son todos ellos documentos auténticos y valiosos. Hay que entender, pues, la obra de Foxe dentro del contexto de su época y apreciar su trabajo desde la visión de las cosas que era propia de su tiempo. Aunque hayan salido otras obras similares, más completas y menos parciales, de lo que no cabe duda es que la lectura del “El Libro de los Mártires” de Foxe tuvo una influencia decisiva en la forja del pensamiento y carácter anglosajón, por lo que sigue siendo una obra de gran interés, no tan sólo histórico, sino también sociológico.
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