Aunque humildemente calificado por su autor como "una serie de meditaciones breves", objetivamente hablando no puede por menos que calificarse como un comentario en toda regla a la Epístola a los Colosenses.
Si bien es cierto que no se trata de un comentario exhausivo versículo por versículo, no obstante el autor hace justicia al contenido de cada párrafo que comenta, analizando su significado original y, sobre todo, buscando la aplicación práctica a nuestra situación (el autor es contemporáneo).
Quizá sea este aspecto de la aplicación uno de los más descuidados en el campo de los comentarios. Quizá por la preocupación de no quedar rápidamente obsoletos, muchos autores se limitan a exponer el significado original para que el lector moderno entienda qué querían decir los escritores sagrados, cuándo lo dijeron, por qué lo dijeron y a quiénes se lo dijeron. Esto es, por supuesto, "justo y necesario", pero a veces se echa en falta el acento en la aplicabilidad del mensaje a nuestro tiempo.
Esta es una importante característica de la colección COMENTARIOS PEREGRINO. En ella se busca no duplicar o repetir lo que otros comentarios ya han dicho por activa y por pasiva, sino complementarlos con este elemento práctico del que muchos creyentes sienten necesidad cuando, tras leer un comentario puramente exegético, se preguntan: ¿Y esto cómo lo aplico yo a mi propia vida, a mi iglesia y al mundo que me rodea?
El autor logra con creces dicho objetivo. Nos hace ver la pertinencia del mensaje de Colosenses a la escena religiosa en que vivimos en la actualidad. Una situación caracterizada por un ansia de experiencias emocionantes, místicas y cuasiesotéricas en las que la centralidad de Cristo se ha sustituido por una pretendida obra del Espíritu Santo y que aboca, inevitablemente, a un subjetivismo que milita contra la verdad objetiva de la Escritura.
A la vista de dicha situación, la tesis del autor (que es, realmente, la de la Epístola) es que los creyentes hemos "sido hecho completos en Él" (2:10 LBLA) mediante la obra de la redención y su aplicación a nuestras vidas, y no necesita los pobres "rudimentos" que le ofrecen las enseñanza, preceptos y prácticas de un pseudocristianismo influido por el paganismo más grosero.
Inusualmente, se trata de una segunda edición de aquella primera que vio la luz en español en 1990. Una prueba del éxito de la primera es que, diez años después, tras haberse agotado y persistiendo la demanda de este título entre el público evangélico, ha habido que publicar esta segunda edición, totalmente revisada, remozada, en formato grande y tipografía clara y atractiva.
Recomendamos, pues, el libro no sólo a nuevos lectores, sino aun aquellos que, poseyendo la primera edición, deseen saborear nuevamente el contenido en su nuevo "envase".
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