Un sorprendente mensaje de esperanza surge del horror del 11 de septiembre.
Dios odia la maldad absurda que destruye miles de vidas y este es el tiempo en que él derrama su misericordia de manera muy especial.
La cosecha está madura, los corazones duros se abren al evangelio y hoy, no mañana, es cuando tenemos la oportunidad y responsabilidad de revelar a Jesú a través de nuestras palabras y acciones. Ahora es el momento de amar a la familia, las amistades y a los que nos rodean. Este es el momento de confiar en Dios y de vivir para él como nunca antes.
Y ahora, en medio de nuestro dolor, nuestro temor y nuestra falta de respuestas a cosas que no tienen sentido, es el tiempo de adorar a Dios con todo nuestro corazón.
0
0 opiniones