Es hora que nos aferremos del Espíritu Santo o más bien que permitamos que él nos sujete.
Jim Cymbala, pastor del Tabernáculo de Brooklyn, se abre paso a través de los obstáculos teológicos sobre el Espíritu Santo con esta verdad fundamental: Necesitamos al Espíritu Santo desesperadamente. Nuestra inteligencia no puede transformar ni a un solo adicto al crack, ni sanar el corazón de una víctima de violación, ni traer a un agotado hombre de negocios a Jesucristo. Solo el Espíritu de Dios puede hacer eso.
Con ejemplos extraídos de la Biblia y de las calles de NY, Poder vivo muestra lo que sucede cuando el Espíritu de Dios se mueve entre nosotros.
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