¿Se ha preguntado usted cómo fue posible que la Iglesia Primitiva consiguiera superar las circunstancias más adversas y extenderse numéricamente en progresión geométrica en mitad de las cruentas y sanguinarias persecuciones, hasta hacer tambalear los cimientos del Imperio Romano? La respuesta es muy simple: la sencilla práctica evangelística expuesta por Jesús en el capítulo diez de los evangelios de Mateo y de Lucas y la extensión de esa práctica hecha por sus seguidores, registrada en todo el libro de los Hechos de los Apóstoles y en las cartas apostólicas. Esto es, una estructura eclesial basada en la actividad en los hogares y que ahora nosotros llamamos «células». El autor establece en las páginas de este libro las pautas para aplicar esa sencilla técnica apostólica a las iglesias del «siglo XXI» y facilita los materiales necesarios para capacitar a los líderes de células, sin olvidar ni uno solo de los múltiples aspectos que abarca su función.
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