El libro de Job es muy comentado, tanto por los cristianos como por aquellos que no lo son. Aparentemente se trata solo del sufrimiento y de la injusticia que sufre. Otros, conocen solo la paciencia de Job, e incluso están aquellos que resaltan el hecho de que, así como le sucedió a Job, también nosotros, después de pasar por los sufrimientos, seremos bendecidos abundantemente por Dios. No podemos decir que estos conceptos con respecto a Job estén totalmente equivocados; sin embargo, son muy superficiales. En realidad, lo que el libro de Job enseña es que para que Dios haga algo en nosotros es necesario que primero nos despoje de nuestro ego, de nuestra vida natural, de vivir por nosotros mismo y para nosotros mismos. Cuando no permitimos que Dios nos despoje de nosotros mismos somos impedidos de recibir su bendición.
Una lectura atenta de esta visión que nos es transmitida por Don Yu Lan, con respecto a este libro, podrá llevarlo a una conclusión más profunda del propósito de Dios para su vida, así como le sucedió a Job.
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