Con su humor característico y su honestidad instintiva, Donald Miller revela su travesía personal de redención atravesando la crisis de ser huérfano de padre.
"Parece que nosotros los seres humanos llevamos la carga de los defectos de nuestros papás. Yo lo sé- el mío me abandonó cuando tenía nueve años de edad. Don escribe con humor sincero y honestidad sin vergüenza alguna. Él se revela completamente tal como es. Este libro resuena con aquellos que se han sentido responsables de los demonios de sus padres. La verdad es, nuestro verdadero Padre es perfecto en todas las formas, en especial en su amor por nosotros. Gracias, Don y John. Este libro tocó un lugar muy sensible dentro de mí". - Jeff Foxworthy
Miller creció sin padre. No revela exactamente por qué se fue su padre o a dónde se fue, sólo menciona que a lo largo de su juventud su hogar fue dirigido sólo por su mamá. Fue de adulto cuando se dio cuenta qué tan profundamente afectó e impactó su vida toda esta situación. Miller, con su honestidad característica, humildad y estilo un poco tosco, muestra el camino que lo trajo por fin a un lugar de redención. La clave en este viaje fue el papel que desempeñó John MacMurray, aparentemente un hombre de Dios que estaba dispuesto a invertir su tiempo en la vida de Miller. Invitó a Miller a mudarse a su casa y entrar a su familia y a su vida, de tal forma que le pudiera dar consejería y dirección, de las cuales Miller carecía tanto. MacMurray fue capaz de ser ejemplo de hombría y madurez.
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