Dice el autor:
En nuestros días asistimos a un renovado interés por el Jesús de la Historia que algunos han llamado la «tercera búsqueda». En ella se subraya el carácter judío de Jesús y se trabaja con nuevos modelos sociológicos que ayudan a entender mejor la situación social y política del primer siglo. Sin embargo, hasta ahora los resultados son bastante desalentadores.
La mayoría de los investigadores siguen basándose en el mismo método histórico crítico. Cualquier método de investigación que, de entrada, elimina lo sobrenatural siempre producirá un «Jesús histórico» que, por definición, es radicalmente distinto del Cristo de los Evangelios. Sin una actitud abierta a lo sobrenatural el resultado de cualquier investigación de la vida de Cristo ya ha predeterminado que el Jesús resultante será radicalmente distinto del Jesús que nació de una virgen, fue ungido por el Espíritu Santo, sanó a los enfermos, resucitó a los muertos, murió por los pecados del mundo, se levantó de los muertos y ascendió a los cielos. Sin embargo, es precisamente este Jesús sobrenatural el que el mundo necesita desesperadamente, puesto que solo Él puede salvar el vacío entre el pecado humano y la santidad de Dios. Lo que el mundo necesita apremiantemente es un Salvador, pero solo un Jesús sobrenatural puede serlo.
Al escribir esta obra he dado por sentada la presencia de lo sobrenatural en la vida de Jesús. En otras palabras, esta vida de Jesús se ha escrito desde la óptica de un creyente. Asumo que el registro de los Evangelios es fiable y que el peso de la evidencia está del lado de quienes afirman la historicidad de los acontecimientos y las palabras que encontramos en ellos. Entiendo que lo que requiere demostración es más bien la negación de su historicidad. Los relatos de los Evangelios, pues, se consideran veraces mientras no se demuestre lo contrario.
“Jesús el Mesías”, comprende dos partes.
La primera parte: «Cuestiones clave al estudiar la vida de Jesús», consta de tres capítulos y desarrolla cuestiones de carácter introductorio. El capítulo inicial expone las presuposiciones de la investigación. En este apartado explico mi acercamiento a lo sobrenatural y lo milagroso en la vida de Jesús. No se puede investigar la vida de Jesús sin tener ciertas presuposiciones. Con mucha frecuencia, el debate respecto a la historicidad de un milagro de Jesús registrado en el relato evangélico viene determinado, más por las presuposiciones respecto a lo sobrenatural, que por los relatos del acontecimiento en sí. En el pasado, mucha de la investigación acerca de la «vida de Cristo», ha asumido desde el mismo comienzo la total imposibilidad de cualquier milagro. El lector tiene derecho a conocer de un modo franco y abierto la presencia de tales presuposiciones.
Después de exponer las presuposiciones o directrices de esta investigación de la vida de Jesús, examino las fuentes de que disponemos para tal indagación. El segundo capítulo analiza las fuentes judías, griegas y cristianas (tanto bíblicas como extrabíblicas) de que disponemos para estudiar la vida de Jesús, valorando cuáles de ellas serán más útiles a nuestro propósi- to. El capítulo tres expone lo que podemos saber respecto a los límites cronológicos de la vida de Jesús, investigando las pruebas disponibles para datar varios acontecimientos de la vida de Jesús.
La segunda parte: «La Vida de Jesús» Trata de la concepción virginal (capítulo cuatro), la juventud de Jesús (capítulo cinco), el bautismo (capítulo seis), la tentación (capítulo siete), el llamamiento de los discípulos (capítulo ocho), el mensaje de Jesús (capítulo nueve), Cristología (capítulo diez), la confesión de Pedro (capítulo once), la Transfiguración (capítulo doce), los acontecimientos del Domingo de Ramos (capítulo trece), la purificación del templo (capítulo catorce), la última cena (capítulo quince), Getsemaní, la traición y el arresto (capítulo dieciséis), el juicio (capítulo diecisiete), la crucifixión (capítulo dieciocho) y la resurrección y ascensión de Jesús (capítulo diecinueve).
Puede que algunos lectores consideren que la primera parte de esta obra es demasiado técnica. Si es así, pueden pasar por alto los primeros capítulos y comenzar a leer directamente la segunda parte (los capítulos cuatro al diecinueve).
0
0 opiniones