Llevada al cielo después de treinta noches de experimentar las profundidades del infierno, le fueron mostradas a Mary K. Baxter algunas regiones del cielo.
Este libro es una narración de varias experiencias propias de la autora. No se trata de la obra de una imaginación hiperactiva o del sueño de alguien con anhelos de algo mejor de lo que esta vida puede ofrecer.
El cielo es una realidad y las experiencias que se describen en este libro las narra, según ella, tal y como le sucedieron.
No vi todo lo que hay que ver en el cielo, pues necesitaría la eternidad para hacerlo. No cuento todo lo que allí vi, del mismo modo que tampoco lo hizo el apóstol Pablo (véase 2 Corintios 12:1-4). No obstante, relato todo lo que Dios me ha dicho que comparta, anota Mary K. Baxter.
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