Historias verídicas y conmovedoras de hombres y mujeres que respondieron al llamado de Dios.
Eric Liddell (1902 - 1945)
Al comenzar la carrera parecía obvio que Eric Liddell sería superado. La multitud en el estadio olímpico enmudeció cuando el corredor escocés rehusó ser sobrepasado al cruzar la línea de meta, el gentío irrumpió en un aplauso que se oyó en todo París. Eric Liddell había hecho lo imposible, se había batido un nuevo récord munidal.
Aquella misma semana Eric rehusó correr el domingo en la carrera de 100 metros que asombrara al mundo. Pero su increíble victoria en la carrera de 400 metros fortaleció aún más su fe en la promesa de Dios: "A aquél que me honra yo le honraré."
Unos años más tarde Eric Liddell sería probado mucho más que en su capiacidad física, como misionero en China. Su carácter, perseverancia y resistencia es un claro ejemplo a seguir para todos los que obedecen el llamado de Dios de llevar el evangelio a las naciones.
Páginas: 190.
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