Semana tras semana, los pastores luchan con las demandas del ministerio, que consumen sus energías físicas y espirituales necesarias para la preparación y predicación de sermones. Como resultado, muchos pastores sienten que su predicación se ha agotado. Para algunos, la única solución es trasladarse a otra iglesia que no haya escuchado todavía los mismos mensajes.
El pastor Bruce Mawhinney ha pasado por todas esas experiencias. En este libro nos enseña, de una manera amena y divertida, los principios que ayudarán al pastor a presentar a su congregación un mensaje más refrescante y eficaz.
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