"Resulta extraño - concedió uno de los guardias -, a veces me acerco a su celda y ¡le oigo orar por nosotros! ¿Hace todo esto por amor? Nosotros ignoramos por completo a este Dios de amor, pero parece muy lógico."
Un estadounidense corriente, Dan Baumann, fue falsamente acusado de espionaje y arrojado en la cárcel de máxima seguridad más infame de Irán. En ese medio inverosímil, bajo amenazas de ejecución e inmerso en la desesperanza, Dan fue testigo del poderoso triunfo del amor de Dios sobre el temor.
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