«La Iglesia, en muchas áreas, debe disminuir en tamaño antes de hacerse substancialmente más fuerte» (Elton Trueblood, en El yugo de Cristo).
«Hace falta una ortodoxia de comunidad, de la misma manera que existe una ortodoxia de doctrina» (Francis Schaeffer, en La Iglesia al final del siglo XX).
«La Reforma fue una revuelta contra la autoridad papal, pero no contra el concepto romano de la Iglesia como institución» (William R. Estep, en Historia de los Anabaptistas).
En 1517, Martín Lutero clavó a golpe de martillo sus 95 Tesis como un reto a debatir los postulados tradicionales de la Iglesia establecida. 480 años después, William A. Beckham, en su libro La segunda Reforma, se propone el mismo reto, desafiándonos, con amor pero con toda firmeza, a evaluar y debatir la realidad de la Iglesia de hoy.
Así, en sus páginas plantea toda una serie de preguntas inquietantes que durante años han merodeado por la mente de muchos de nosotros:
• ¿Por qué la Iglesia resulta tan poco efectiva a la hora de confrontar y aportar respuestas a los problemas y necesidades de la sociedad actual?
• ¿Por qué tantos pastores y líderes cristianos terminan agotados y defraudados?
• ¿Cómo podemos cambiar nuestro patrón de «convertir almas» al de «hacer verdaderos discípulos»?
• ¿Es realista pensar que el tipo de Iglesia que se describe en Los Hechos de los Apóstoles es viable en el día de hoy?
Pero Beckham no se limita a plantear los problemas; antes bien, aporta para los mismos soluciones bíblicas y prácticas. A saber, tras un análisis profundo del estado actual en que se encuentra la Iglesia, establece unos sólidos fundamentos teológicos que apoyen lo que él considera un modelo práctico y funcional para la Iglesia del siglo XXI. Y sobre sus muchos años de experiencia como pastor, misionero, maestro y especialista en obra pionera, reta a todos los líderes cristianos a evaluar sus creencias y a confrontar su concepción de la Iglesia con nuestra única fuente de autoridad: la Biblia.
«La Segunda Reforma –afirma en el prólogo Howard A. Snyder, profesor de Historia del Antiguo Testamento en el Asbury Theological Seminary– establece las bases argumentadas de los patrones neotestamentarios de celebración cúltica en un grupo grande con discipulado en grupos pequeños».
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