La Iglesia Cristiana Primitiva creía que el Espíritu había venido como cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento, aquellas promesas que anunciaban que un día la presencia de Dios estaría de forma permanente en medio de su pueblo.
Por esa razón, los primeros cristianos estaban convencidos de que: "Para la Iglesia Primitiva, el Espíritu era una presencia que capacitaba a los creyentes, y tal capacitación tenía que ver con el fruto, el testimonio y los dones".
Viendo la eficacia del testimonio de los primeros cristianos en medio de un mundo pagano, "Fee nos reta a que veamos al Espíritu" como el regreso de la presencia personal de Dios que viene a morar en nosotros (individualmente) y entre nosotros (colectivamente), una presencia que experimentamos y que nos capacita".
Esta obra pretende llevarnos a las Escrituras y, así, fortalecer nuestra visión de la forma en que el Espíritu obra para movilizar a los creyentes en la iglesia local. Sus páginas nos recordarán lo que Dios quiere de la Iglesia. Para aquellos que quieren vivir en consecuencia con lo que Dios nos ha revelado en Jesús, y lo que nos ha dado en el Espíritu, este será un libro enormemente práctico.
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