Cuando la iglesia se vuelve conformista y su meta es reducida a contar nada más el número de "manos levantadas" y sanidades en sus eventos evangelísticos, desobedece el mandamiento de su Señor, quien ha dicho: "Id y haced discípulos". Ser cristiano y ser discípulo deberían ser sinónimos, pero obviamente no lo son en la práctica de la mayoría de las iglesias.
Por supuesto, puede haber muchas razones para darse esta situación, pero a fin de cuentas el cristianismo debería haber progresado mucho más de lo que efectivamente ha hecho. La primera generación de cristianos seguramente tenía más dificultades y desafíos que nosotros hoy. Ellos no tenían las facilidades de comunicación y transporte que hoy tenemos. No tenían Biblias para su uso personal, ni templos u otros edificios para las actividades de la iglesia.
La clave principal del crecimiento explosivo de la primera iglesia fue la multiplicación de discípulos llenos del Espíritu Santo.
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