A pesar de las carencias de la iglesia, Jesús la ama y la sigue cuidando como un buen hombre a su mujer: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa y sin mancha" Efesios 5:25-27.
Sin pensáramos en todo lo que está contra la iglesia, nos daríamos cuenta de que hay elementos de dentro y de fuera que quieren destruirla, y descubriríamos que es un verdadero milagro que tedavía exista. La iglesia es lo mejor, lo más glorioso y lo más sobrenatural que existe en este mundo.
ÍNDICE:
Páginas: 88
0
0 opiniones