En su carta a los Efesios, Pablo enfatiza la unión de todas las cosas en Cristo, quien quita las barreras que nos separan de Dios y nos separan unos de otros. El problema humano es más profundo que la injusticia y el sectarismo, y por lo tanto requiere una solución aun más radical. Necesitamos nada menos que una nueva creación.
La nueva humanidad. El propósito eterno de Dios es crear a través de Jesucristo una nueva humanidad que se destaca contra el fondo oscuro de un mundo individualista y sectario. La nueva sociedad de Dios se caracteriza por la vida en lugar de la muerte, la unidad y la reconciliación en lugar de la división y el aislamiento, la rectitud en lugar de la corrupción, el amor y la paz en lugar del odio y las contiendas.
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