Los sermones que se incluyen en este libro fueron todos predicados en el Surrey Music Hall (Londres, 1859) y son típicos de los muchos que se predicaron allí. En ellos se encontrará la razón que explica el extraordinario éxito que en todo tiempo acompañó al ministerio de Spurgeon. ¿Qué es lo que reunía y sostenía a una congregación de 8000 almas? ¿Propaganda? ¿Cultos vistosos? ¿Acompañamientos musicales? ¿Consejeros organizados? No; Spurgeon no tenía ninguna de estas cosas. «Pero era el mismo Evangelio que se predica en la actualidad en todas partes», quizá pensará alguien. Ciertamente lo que él predicaba era el Evangelio, pero en la evangelización que tan profusamente se estila en la actualidad, ¿encontramos el mismo Evangelio de Spurgeon? Que el lector de estos sermones —con toda seriedad— responda por sí mismo a esta pregunta.
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